Tienes derecho a enfadarte, a protestar y a sentir tu malestar

Aunque quieran convencerte de lo contrario, lo tienes: enfadarte es un derecho y una necesidad emocional. Sentir la contrariedad, la indignación y la rabia del desconcierto es el primer paso para poder afrontar un problema. Piensa que si nos limitamos a tragarnos el enfado una y otra vez sin afrontar lo que hace daño, vulneraremos nuestra autoestima. Hay que tenerlo claro: permitirnos sentir...