Depresión infantil: ¿cómo combatirla?
La depresión no sólo afecta a los adultos, durante mucho tiempo se pensó que los niños no se veían afectados por este trastorno, sin embargo, en la década de los cuarentas el psicoanalista René Spitz (1945) notó que los bebés recién nacidos abandonados en los hospitales durante la Segunda Guerra Mundial presentaban mayores complicaciones debido a la ausencia de la madre. No fue, sino hasta 1975 que el Instituto Nacional de Salud Mental en Estados unidos, aceptó que la depresión es un trastorno que también afecta a los niños y adolescentes.
Actualmente, la depresión en los niños es un problema creciente; de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 20% de la población de niños y adolescentes en el mundo, sufre de alguna enfermedad mental (Gómez, 2005; OMS, 2003) y el porcentaje de depresión en la población infantil va del 8 al 10% a nivel mundial (Alcántara, 2008). Además, de acuerdo a la OMS (2003), la depresión es la principal causa de discapacidad y la cuarta de las 10 causas principales de la carga de morbilidad en el mundo. Para el año 2020, la depresión ocupará el 2do lugar entre los trastornos mentales y físicos (OMS, 2003; Gómez, Álviz y Sepúlveda, 2003).
La depresión infantil forma parte de los trastornos del estado de ánimo y se manifiesta como una situación afectiva de tristeza mayor, en intensidad y duración, que ocurre en un niño. A diferencia con un adulto, el diagnóstico en el niño se dificulta puesto que el niño no cuenta con los recursos necesarios para expresar verbalmente lo que le sucede; no necesariamente veremos al niño triste y decaído, aunque estos comportamientos si pueden ser parte del abanico de signos manifestados por el niño en depresión, también podemos encontrarnos con que el niño se muestra violento, irritable, distraído, excitable. Podríamos pensar que ninguna de estas manifestaciones se relacionan con la depresión, sin embargo, todos estos son comportamientos manifiestos de un niño que atraviesa un cuadro depresivo y por esta razón, comúnmente pasan desapercibidas por los adultos.
Síntomas:
A continuación presentamos una serie de signos para detectar en el niño una probable depresión, aunque estos síntomas no necesariamente aparecen juntos, si son una llamada de atención para los adultos, que les permita tomar acciones de manera inmediata.
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Se queja frecuentemente de enfermedades físicas (dolor de cabeza, de estómago, etc)
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Pensamientos o expresiones suicidas, o conductas autodestructivas (mordidas, rasguños, cortadas)
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Sentimientos de desesperanza.
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Tristeza persistente, lloriqueo y llanto en exceso.
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Sensación de aburrimiento persistente y falta de energía.
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Perdida de interés en sus actividades favoritas o incapacidad para disfrutar de ellas como antes lo hacía.
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Alteración en sus patrones de sueño y alimentos.
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Falta de concentración.
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Problemas de socialización con sus compañeros o familiares.
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Deterioro en su rendimiento académico o ausencias frecuentes en la escuela.
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Aislamiento social y comunicación pobre.
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Hablar acerca de, o tratar de, escaparse de la casa.
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Alta sensibilidad al fracaso o al rechazo.
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Ataques de rabia y hostilidad persistente.
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Baja estima y sentimientos de culpabilidad.
Los factores de riesgo, que deberían ser contemplados para prevenir su aparición son:
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Un entorno familiar desorganizado
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Antecedentes de depresión en los padres.
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Antecedentes de trastornos psiquátricos en los padres.
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Situaciones escolares y sociales adversas.
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Patologías orgánicas o psicológicas en el niño.
Por ello es de suma importancia que los adultos se encuentren atentos respecto al comportamiento de sus niños, ante la sospecha de una depresión infantil, es necesario realizar un diagnóstico diferencial que involucre tanto a un paidopsiquiatra como a un psicólogo infantil. El tratamiento debe de ser adaptado al caso en particular y contar con un abordaje integral, es decir, debe ser tanto farmacológico (en caso de una depresión aguda), como psicológico.
El DIF cuenta con un programa de detección temprana de la depresión infantil, para lo que tienen desarrolladas unas pláticas de sensibilización a las que pueden asistir niños y niñas, junto con sus padres, que forman parte de los programas del DIF y el gobierno del DF.
Si te interesa saber más acerca del programa del DIF-DF para prevenir la depresión infantil, consulta la siguiente liga. Prevención para la detección temprana de la depresión infantil.
Fuentes:
Vinaccia, S., Gaviria, A., Atehortúa, L., Martínez, P., Trujillo, C., Quiceno, J., (2008). Prevalencia de depresión en niños escolarizados entre 8 y 12 años del Oriente Antioqueño a partir del «Child Depression Inventory» CDI. Universidad de San Buenaventura, Medellín, Colombia
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