La idea sobre la “Inteligencia emocional” nace a partir de que en 1983 Howard Gardner en su Teoría de “Inteligencias múltiples” introdujo la idea de incluir la inteligencia intrapersonal (la capacidad para comprenderse uno mismo, apreciar los sentimientos, temores y motivaciones propios) e interpersonal (la capacidad para comprender las intenciones, motivaciones y deseos de otras personas).
Por lo que la inteligencia emocional se define como la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos.
Nuestras emociones tienen un impacto directo en el mundo, y aunque no podemos decir que somos plenamente responsables de estas emociones, sí lo somos de sugestión y de ser capaces de transformarlas en positivo, con una acción creativa.
Según los autores, las emociones mal gestionadas son fuente de contaminación, agresión, destrucción, enfermedad, muerte interior y muerte exterior; por ello, no basta con enfrentar nuestros estados de ánimo de una manera inteligente, sino hacerlo también sin perder la perspectiva del mundo que nos rodea y el compromiso responsable.
La ecología emocional.
La ecología emocional o psicoafectividad es el arte de transformar positivamente nuestras emociones.
Hay que gestionar nuestras emociones para que nuestros afectos promuevan conductas sanas, que enriquezcan nuestro desarrollo y crecimiento personal de forma equilibrada y plena en nuestro entorno.
Las 7 leyes de la gestión ecológica de las relaciones son principios del pensamiento que nos ayudarán a comprender cómo mejorar nuestras relaciones sociales, afectivas y laborales.
1. Ley de la autonomía: Ayúdate a ti mismo, y todos te ayudarán.
Sí somos capaces de ayudarnos a nosotros mismos, también seremos capaces de encontrar ayuda en los demás, pues los respetaremos y no los ahogaremos con nuestras demandas.
2. Ley de la prevención de las dependencias:No hagas por los demás aquello que ellos puedan hacer por sí mismos.
El hecho de no aplicar esta ley promueve la creación de relaciones de dependencia en las cuales una de las personas cede el control y el otro la asume. Por lo que, es importante aprender a respetar el crecimiento propio de cada persona, de modo que se favorezca que sea ella la que asuma el control de su vida, tome las decisiones de forma congruente con sus recursos, su historia y estrategias personales.
3. Ley del boomerang o de la correspondencia: Todo lo que haces por los demás también lo haces por ti mismo.
Nuestra construcción personal tiene lugar a partir de nuestra relación con los demás. Lo que emitamos recibiremos, si damos alegría, nos llegara alegría, si damos ira nos llegará ira, lo que cosechemos eso mismo sembraremos.
4. Ley del reconocimiento de la individualidad y la diferencia: No hagas a los demás aquello que quieres para ti, pueden tener gustos diferentes.
Esta ley es la ley de respeto a la diferencia. Los seres humanos somos diferentes y eso es algo bueno, buscamos la igualdad pero eso no es posible debido a nuestras diferencias, aunque si podemos lograr la equidad.
La aplicación de esta ley pide poner en práctica la empatía. Aprender a captar que siente y piensa nuestro interlocutor, estar atentos, escuchar de forma activa y preguntar, será lo que nos permita ser más sensibles y respetuosos con su momento vital. Solo en este caso podremos ayudar de verdad, si es eso lo que buscamos.
5. Ley de la moralidad natural: No hagas a los demás aquello que no quieres que te hagan a ti.
Esta ley va de la mano con la del boomerang, hay ciertas cosas o hechos que no nos gustaría que nos pasaran, como lo serían: agresiones, falta de respeto, abandono, ofensas, gritos, amenazas, etc. por lo que lo negativo que hemos emitido podría acabar rebotando contra nosotros mismos.
6. Ley de la autoaplicación previa: No podrás hacer ni dar a los demás aquello que no eres capaz de hacer ni darte a ti mismo.
La psicoafectividad parte de la idea de que uno debe empezar por sí mismo y que las principales responsabilidades del adulto sano y maduro es aprender a cuidarse en el sentido más global del término. Cuidarse significa buscar y crear el mejor entorno para el desarrollo de sus potenciales humanos.
7. Ley de la limpieza relacional: Tenemos el deber de hacer limpieza de las relaciones que son ficticias, insanas y que no nos dejan crecer como personas.
Es importante revisar que tipos de relaciones tenemos, que aportamos y que nos aportan, si favorecen o dificultan, facilitan o bloquean nuestro desarrollo, es un trabajo de mantenimiento personal que no podemos rehuir.
Este proverbio chino lo explica muy bien: Quien se acerca al pescado seco, apesta; quien se acerca a una orquídea huele bien; quien se acerca al fuego es el primero en quemarse, quien se acerca al bermellón rojo se vuelve rojo y quien se acerca a la tinta negra se vuelve negro.
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