Pasar tiempo de calidad con mi hermana, Abby
Pasé mucho tiempo con Abby hace un par de semanas. Su cuidador estaba enfermo, así que sabía que pasaría varios días con ella.
Tenía dos opciones: podría estar enojada con el síndrome de Sanfilippo, que hace necesario el cuidado en primer lugar, y ser víctima de los sentimientos oscuros y abrumadores que describí en mi última columna. O podría estar agradecida por la oportunidad de pasar un tiempo uno a uno con mi hermana.
Como ser humano (y la hermana de Abby), me desanimé al tener que cancelar mis planes para el resto de la semana. No admitir que eso iría en contra de mi código de honestidad para esta columna. Sin embargo, sabía que tener esa actitud no nos llevaría a ninguno lado a ninguna de las dos.
Lo que más noté durante nuestro tiempo juntas es que Abby exuda amor. Podía verlo en sus ojos, incluso cuando prácticamente me estaba arrancando el pelo.
El tiempo de calidad juntas hace algunos de mis recuerdos favoritos. A pesar de la estereotipada «rivalidad entre hermanos» y la tensión que conlleva tener una hermana o un hermano, otros sentimientos se apoderan cuando salimos, como la alegría.
Mi tiempo con Abby me mostró lo que tengo. Por ejemplo, tengo sesiones improvisadas con mi hermana. Claro, pueden ser canciones de Bob Esponja, pero el mal canto y el baile son más importantes, ¿verdad? También tengo maratones de películas de Disney. ¿A quién no le gusta ver «Frozen» una y otra vez?
Me encanta cómo cuando hablo de cosas que Abby puede o no entender, su risa o sus expresiones faciales parecen encajar en nuestra conversación. Es posible que no tengamos una relación «normal», pero nadie puede quitarme lo mucho que disfruto riéndome junto con ella.
Es difícil explicar estas apreciadas partes de mi vida y el lugar que ocupan en mi corazón. La gente puede tener dificultades para entender por qué estos recuerdos son algunas de mis cosas favoritas. Para las personas en el exterior, son momentos simples y cotidianos con alguien que amo mucho. Para mí, es parte de mi complicada relación con Abby.
La otra semana me recordó cuánto me ama mi hermana. A pesar de mi frustración con Abby o el resentimiento por las tareas que vienen con Sanfilippo, ella es un recordatorio constante del amor incondicional.
EMILY WALLIS
Fuente: http://bit.ly/3bsaa6w
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