¿Por qué los niños se distraen tanto?
Es común encontrar comentarios de los padres, o algunos docentes, acerca de la falta de atención en los niños. La atención, es un proceso discriminativo y complejo que acompaña todo el procesamiento cognitivo, y es además, el responsable de filtrar la información e ir asignando ciertos recursos para permitir la adaptación interna del organismo en relación a las demandas externas (Reartegui, 1999).
Los tiempos modernos ofrecen una descarga repleta de información, imágenes, sonidos y estímulos provenientes de la televisión, de los videojuegos, del Internet, etc., y todo ello a una velocidad desconcertante. Es por eso que se ha visto un incremento en los problemas de atención y concentración en los niños.
La atención requiere de un proceso de abstracción de la mente, a través de la cual es capaz de enfocarse en un sólo estímulo de entre todos los que existen a su alrededor, es decir, requiere de la habilidad para discriminar, de entre muchos eventos simultáneos, cuál es, el que le es de utilidad. Es a través de esta habilidad que se da el proceso de aprendizaje y se adquiere el conocimiento.
Mientras más maduro es el cerebro, mayor es la capacidad atencional. Los niños se encuentran en pleno desarrollo de las competencias necesarias para sostener su atención de forma prolongada. Desde una edad temprana, es importante fomentar que el niño comience a prestar atención a las cosas a su alrededor; sonidos, estímulos visuales, objetos, etc. Desde que nace, inicia un proceso donde todo lo que le rodea será un constante ejercicio de atención y distracción, mediado por los adultos, para potenciar esta capacidad.
En ocasiones, el niño puede verse sobre-estimulado ya que los ambientes están llenos de distracciones. Sin darnos cuenta, un ambiente lleno de juguetes, colores, sonidos, aparatos electrónicos, representa un universo de cosas para el cerebro inmaduro de un bebé, el cerebro no ha aprendido aún a discriminar y se siente atraído por todo, al mismo tiempo, haciendo que se aburra fácilmente y cambie constantemente su atención hacia un estímulo novedoso. Es por ello, que no logra dedicar tiempo suficiente a un sólo juego o juguete, llevando generalmente al adulto a sentirse frustrado y perder la paciencia.
Si fomentamos tempranamente la habilidad de un niño para prestar atención, en un futuro, será mucho más sencillo para él cuando se encuentre en un salón de clase donde lo que se espera es que se mantenga tranquilo y atento durante un largo período de tiempo.
Por ello es importante conocer el tiempo de atención promedio en los niños, de acuerdo a su edad, así sabremos exactamente lo que podemos esperar de ellos, evitando la frustración si no cumplen con nuestras expectativas. En el caso de un bebé de 0 a 1 años, su atención sostenida va de 2 a 3 minutos, después de ese tiempo su atención se dirigirá a algún estímulo más atractivo; un pequeño de 2 a 3 años, puede sostener su atención hasta 10 minutos; un niño de 3 a 4 años tiene un periodo de atención de hasta 15 minutos; y uno de 5 a 6 años, que es cuando entra al preescolar, su atención sostenida puede llegar hasta los 25 minutos; y para tener un panorama más amplio, un adulto con una capacidad neuronal totalmente desarrollada, puede sostener su atención hasta 40 minutos.
En este sentido, es importante considerar algunas medidas para desarrollar la atención y la concentración en los niños. En primer lugar se debe determinar un momento adecuado del día para trabajar con el niño, éste debe ser siempre en el mismo lugar y a la misma hora. Esto es importante, porque con el tiempo se convertirá en un hábito, y cuando el niño entre a la escuela y deba realizar sus tareas, será mucho más sencillo lograr que trabaje adecuadamente. Se debe considerar que este momento del día, sea cuando el niño se encuentre alerta y con energía; si el pequeño está cansado será difícil lograr que se concentre.
Por otra parte, se debe seleccionar un lugar de trabajo, este debe ser cómodo, contar con la suficiente ventilación e iluminación, y estar libre de estímulos que pudieran llamar su atención y distraerlo de la tarea. Este es un momento, que debe ser agradable para el niño, y de convivencia con papá o mamá, para ello es recomendable que las actividades sean del interés del niño; como dibujar, jugar con plastilina, construir modelos de aviones, rompecabezas, hacer manualidades, juegos de lego, etc., es decir, actividades que estimulen al pequeño y mantengan su interés. El niño debe trabajar sentado en una silla, sobre una mesa limpia y con la espalda recta. Los padres deben ir midiendo el tiempo que el niño logra sostener la atención en la tarea, de este modo podremos ir incrementando los tiempos de duración de la actividad. Al principio será importante acompañar al niño en la tarea, conforme el niño vaya adquiriendo una mayor habilidad atencional, podremos acompañarlo sólo un rato y regresar por momentos, para supervisar e intercambiar comentarios; así le enseñaremos a acostumbrarse a trabajar por si solo.
Al final del día es importante que el niño cuente con un refuerzo positivo; una felicitación, un abrazo, exhibir su dibujo en un punto importante de la casa para que todos lo vean, hacerle ver sus progresos y transmitirle nuestro orgullo. De este modo, aprenderá, antes de ingresar a la escuela, lo importante y satisfactorio, que es dedicar tiempo a una tarea y completarla por si mismo.
Por Psic. Martha Lellenquien
Fuentes:
Desarrollo de la atención en los niños
excelente información, muchas gracias por aclarar tantas dudas respecto a nuestros chicos.