¿Sabías que la mentira en los niños está asociada a un alto grado de inteligencia?
Todos hemos mentido alguna vez en nuestras vidas, quien diga que no está mintiendo. Desde pequeños se nos ha inculcado que mentir es malo, que la mentira es propia de las personas deshonestas y no se debe hacer.
Sin embargo, la ciencia ahora nos dice que tener a un pequeño mentiroso en casa no necesariamente es algo malo, más bien es un signo de inteligencia.
La mentira implica ser capaz de ocultar cierta información y crear una nueva, por supuesto falsa y esta nueva información tiene la clara intención de engañar al receptor.
Poder elaborar una mentira requiere de ciertas habilidades, entre ellas: ser capaz de prever las consecuencias de lo inventado, así como poder ser convincente para que la mentira sea creída por los demás, también es necesario tener una buena memoria para poder recordar los detalles de lo dicho y así evitar contradicciones, además de tener una buena capacidad de argumentación e improvisación.
En los estudios realizados por el doctor Kang Lee de la universidad de Toronto, éste buscaba una relación entre la capacidad cognitiva y la conducta de mentir en los niños. El doctor Lee encontró que la habilidad de mentir en los pequeños aparece aproximadamente entre los dos y los tres años de edad.
En su estudio, ubicaba un juguete llamativo detrás de los niños y les pedía que no lo voltearan a ver y que no jugaran con él. Dada la naturaleza curiosa e impulsiva de los niños, muy difícilmente eran capaces de controlarse cuando eran dejados solos en el lugar. Cuando el investigador regresaba al cuarto preguntaba a los niños si habían volteado a ver al juguete; puesto que la mayoría de ellos habían sucumbido a la tentación, los niños se encontraban ante una posición donde debían elegir entre decir la verdad o mentir. Esto implicó para los niños llevar a cabo una evaluación acerca de qué traería peores consecuencias para ellos, decir la verdad y someterse a una reprimenda o mentir y evitar un problema.
Los resultados arrojaron que cuatro de cada cinco niños miente y sólo el 60% de los que lo habían hecho, confesó la falta. La cuarta parte de los mentirosos, tenían sólo dos años de edad, pero la tendencia a la mentira iba aumentando conforme avanzaba la edad.
Lo anterior puso en evidencia que casi todos los niños mienten, pero cuanto más precoces sean en el arte de mentir y tanto más elaborados y convincentes sean sus engaños, mayor capacidad cognitiva y por lo tanto, mayores posibilidades de éxito tendrán en el futuro.
Esto no significa que si usted tiene un pequeño mentiroso en casa, deberá fomentar la mentira. Tómelo como un signo de la inteligencia de su hijo, un niño inteligente ofrece un reto para los padres, ya que constantemente se deben buscar formas para mantener ocupada su mente, de otro modo tendremos a un niño inquieto y descontrolado.
No castigue a su niño cuando le sorprenda mintiendo, hable con él, explíquele las implicaciones de mentir, pero sobre todo fomente en casa un ambiente de confianza, en que el niño se sienta siempre seguro de hablar con honestidad, sabiendo que eso no le significará alguna represalia.
Por Martha Lellenquien
Fuentes:
Evans, A.D., & Lee, K. (2013). Emergence of lying in very young children. Developmental Psychology, 49(10), 1958-1963.
Talwar, V., & Lee, K. (2008). Social and cognitive correlates of children’s lying behavior. Child Development, 79, 866–881. doi: 10.1111/j.1467-8624.2008.01164.x
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