¿Sabías que los estados de estrés prolongados pueden afectar el sistema inmune?
La psiconeuroinmunología, es un nuevo campo dentro de la psicología y las neurociencias que estudia la interacción entre el sistema nervioso, el sistema endocrino y el sistema imunológico. La interacción de estos tres sistemas juega un papel fundamental en el desarrollo de una diversidad de enfermedades, incluidas, las enfermedades psiquátricas.
El estrés, de alguna manera rompe con el equilibrio en ala interacción de estos sistemas trayendo cambios fisiológicos, bioquímicos y de comportamiento. El estrés psicológico conlleva acontecimientos y emociones que afectan la vida de una persona, y ante él se requiere una respuesta de adaptación. Cuando una persona se encuentra en una situación estresante se incrementa la producción de la hormona liberadora de adrenocorticotropa (CRH), también, se secreta la hormona aderenocorticotropa (ACTH) en el hipotálamo a través de la hipófisis, y se estimula a la glándula suprarrenal para producir glucocorticoides y cortisol, actuando, todos ellos, sobre el sistema inmune. De este modo el estrés es capaz de inducir la respuesta inmune. En ese sentido, se ha encontrado evidencia de que el estrés psicológico prolongado puede alterar la función inmune, afectando con ello la salud de una persona.
Aunque en las antiguas culturas ya se presuponía la relación mente-cuerpo, los estudios realizados en las últimas décadas acerca del estrés y el sistema inmune, han evidenciado que los problemas de la vida diaria con retos psicológicos pueden alterar la respuesta inmune. Se ha encontrado que diversos estados psicológicos, como las experiencias estresantes crónicas (ansiedad, tristeza y depresión), son capaces de influir en los estados orgánicos del cuerpo y en la capacidad de defensa del propio organismo; pero además, también es capaz de inducir cambios en el afecto y la conducta.
Los dos sistemas responsables del equilibrio del organismo (homeostasis) son el sistema nervioso y el sistema inmune. Aunque se había considerado al sistema inmune como autónomo, diversos estudios han revelado la conexión bidireccional entre éste y los sistemas nervioso y neuroendocrino.
Este conocimiento creciente acerca de la bidireccionalidad en las interacciones, ha demostrado la importancia del rol que juega en muchas enfermedades de tipo: reumatológicas, autoinmunes, cardíacas, neurológicas, y también en trastornos psiquiátricos, así como, en las causas del cáncer. El estudio de esta relación se ha enfocado en la interacción entre la conducta, la función neuronal y endocrina, los procesos inmunes y el impacto de estas interrelaciones sobre la salud.
La comunicación entre los sistemas nervioso, inmune y endocrino es esencial para la defensa del organismo e involucra diversos mediadores: neurotransmisores, citoquinas, hormonas y factores humorales.
El estrés se refiere a cualquier reto físico o psicológico que plantea una amenaza real o percibida a la integridad del individuo. El término estrés psicológico abarca experiencias que incluyan cambios en la vida personal, violencia doméstica, muerte de un ser querido o pérdida del trabajo, las cuales requieren adaptación por parte del individuo afectado. Se produce cuando las demandas del entorno de una persona desbordan su capacidad de adaptación, o su capacidad para hacer frente a eventos, situaciones o emociones percibidas como negativas y que afectan su bienestar. El estrés social y el psicológico forman parte de la vida diaria pero su frecuencia, los efectos dañinos y el cúmulo de estos factores estresantes son distintos entre los individuos, así como las formas que cada uno tiene de afrontarlos.
Estos eventos estresantes pueden incrementar la vulnerabilidad del organismo ante ciertas enfermedades, ejerciendo un efecto inmunosupresor, manifestado fundamentalmente en aquellas patologías que están vinculadas directamente con los mecanismos inmunológicos, tales como las infecciones, las enfermedades autoinmunes y las neoplasias.
La respuesta fisiológica al estrés es muy compleja e involucra diversos mecanismos que afectan prácticamente a todos los sistemas del organismo, especialmente al neuro-inmuno-endocrino. Esta mediada por el sistema nervioso central (SNC) y por el eje hipotalámico-hipofisiariio-adrenal (HPA). Este eje es un sistema jerárquicamente organizado, el cual responde a los desafíos físicos y psicológicos con el fin de permitir al organismo adaptarse a los retos internos o externos. Durante situaciones de alarma o de estrés, desencadenadas por estímulos cognoscitivos como las emociones o no cognoscitivos como los antígenos, la CRH y la arginina-vasopresina (AVP). La CRH actúa como un sistema fisiológico regulador del SNC que integra las respuestas del organismo a las situaciones de estrés. Es liberada minutos después de un estrés agudo, produciéndose así una situación de alerta. A la par, existe una inhibición de funciones vegetativas como el apetito, el estímulo sexual y la reproducción.
Estudios en humanos y en animales de experimentación han mostrado que el estrés psicológico puede suprimir o aumentar la respuesta inmune, dependiendo de la duración del estrés (agudo o crónico). El estrés psicológico agudo se asocia con estimulación del sistema inmune.
Otros estudios han reportado una asociación entre el estrés crónico, como el de las personas (cónyuge o familiares) que cuidan a un paciente con demencia progresiva (enfermedad de Alzheimer), con el deterioro de la función inmune, manifestada por disminución de las células citotóxicas, reducción de los linfocitos T. Demostrando con estos hallazgos que el estrés crónico está asociado con alteración de la función de los linfocitos T.
Otra forma en que el estrés puede alterar la función inmune, es a través de su influencia en la aparición y desarrollo de las enfermedades neoplásicas. El estrés puede aumentar el riesgo al cáncer por medio de mecanismos que actúan solos o en forma combinada, como son la alteración de la actividad de las células citotóxicas, de los mecanismos reparadores del ADN y de la apoptosis o muerte celular programada.
Por otro lado, recientemente se ha reportando el papel inmunomodulador de la 5-hidroxitriptamina (5-HT), conocida como serotonina, involucrada en la regulación de diversas funciones fisiológicas, como el sueño, el apetito y el comportamiento; así como, en una variedad de respuestas inmunocelulares. La respuesta celular inmune puede ser afectada por la serotonina, debido a que los linfocitos T poseen receptores y transportadores para este neurotransmisor. En pacientes con depresión, por ejemplo, el sistema serotoninérgico está afectado en el cerebro y en las células periféricas inmunes.
Es importante hacer presente , que los niveles de Stress de Padres con hijos ET son elevados en momentos de crisis , a pesar de la ayuda nadie puede comprender la angustia de estos momentos vividos , saludos .
Totalmente cierto, Robert.
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