Terapia génica: tratamiento para la enfermedad de Hunter
Los primeros resultados arbitrarios del estudio de genética dan esperanzas de ser un tratamiento seguro y que da resultados esperados, aunque aún no se puede asegurar el éxito.
La enfermedad de Hunter es una grave y rara enfermedad genética que afecta a 1-5 de cada 10,000 niños, y que consiste en la ausencia de una enzima que, en las personas comunes, ayuda a metabolizar una serie de azúcares que en pequeñas cantidades no nos afectan, pero que si se acumulan, alteran gravemente la salud, hasta un punto que puede conducir a una muerte prematura. Además, en algunos casos también tiene consecuencias en el sistema nervioso central y en el cerebro, lo que provoca graves discapacidades psíquicas.
Detrás de esta patología, también conocida como mucopolisacaridosis tipo II (MPS II) y que afecta fundamentalmente a los varones, está un gen defectuoso que se encuentra en el cromosoma X y que se trasmite de padres a hijos. A día de hoy es incurable. Pero una nueva terapia génica con células madre, desarrollada en la Universidad de Manchester, proporciona un rayo de esperanza a estos enfermos y a sus familias.
Como publicamos, en noviembre del año pasado, un hombre del área de Phoenix con síndrome de Hunter, Brian Madeux, se convirtió en la primera persona en probar esto dentro del cuerpo. Él recibió muchas copias de un gen correctivo y una herramienta de edición de genes llamada nucleasas con dedos de zinc para ayudar a ponerlo en un lugar preciso en su ADN. Fue uno de los dos pacientes a los que se les dio una dosis muy baja del tratamiento, porque esta primera prueba en humanos requería extrema precaución.
Actualmente se supo que, cuatro meses después, los niveles de grandes compuestos de azúcares en orina, característicos del mal de Hunter, se redujeron a la mitad, una posible señal de la eficacia del tratamiento. Los sometidos a una dosis baja mostraron escasos cambios en esos azúcares. Sin embargo, aún no se puede confirmar que el cambio que surgió en los pacientes se debe a la edición de la genética o a cualquier otro factor.
Lo que sigue es observar la evolución de los pacientes para corroborar que sostienen e incrementan la capacidad para fabricar la enzima, y podamos apreciar su mejoría paulatina.
En el pasado mes de Julio, se presentó una nueva terapia de reemplazo de enzimas disponible en el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido. Este tratamiento aún está en la fase de ensayos clínicos en pacientes, pero consiste en reemplazar el gen que causa la enfermedad de Hunter en la médula ósea de los niños afectados. Pero, además, se añade una clase de lípidos o grasas, llamada triacilglicéridos (TAG) a la enzima IDS para permitir que llegue al cerebro y tenga más efectividad.
Asimismo, ya se ha probado en ratones, con muy buenos resultados: se consiguió la curación de los trastornos óseos, articulares y cerebrales que provoca la enfermedad.
Según los expertos, el TAG mejoró la absorción de las enzimas a través de la barrera hematoencefálica (BHE), lo que suponía un gran avance. Hay que tener presente que la BHE está formada por un conjunto de células cuya misión no es otra que preservar al cerebro para que las neuronas estén aisladas del resto del organismo. También mejoró la absorción de la enzima en las células y pareció ser más estable en el torrente sanguíneo.
Desgraciadamente, como todo tratamiento génico, los costos son muy elevados, pues ronda entre 160,000 y 200,000 euros anuales.
Lo que se pone en evidencia con estos hallazgos son los resultados de años de inversión en investigación básica y clínica que comienzan a brindar frutos extraordinarios. Es la apuesta de los países desarrollados; saben muy bien que la inversión de recursos, por grande que sea, brindará oportunidades en diferentes sectores. México necesita seguir su ejemplo.
Fuentes:
http://www.sinembargo.mx/05-09-2018/3467154
https://www.manchester.ac.uk/discover/news/new-therapy-could-treat-children-with-hunter-disease/
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