Alexitimia ¿Qué es, y cómo se relaciona con los padecimientos psicosomáticos?
El término “Alexitimia” fue introducido por el psiquiatra Peter Sifneos, para referirse a un trastorno que dificulta a la persona a identificar, en el otro y en si mismo, las emociones; imposibilitándolo para darle un nombre y por lo tanto expresarlas verbalmente.
Los bebés no cuentan con demasiadas herramientas para expresarse a causa de sus limitaciones verbales e inmadurez cognitiva, de modo que, es a través de llantos y balbuceos que reflejan sus deseos y demandas. Pero a medida que vamos madurando desarrollamos más y mejores habilidades para reconocer y expresar nuestros sentimientos.
Una persona que parece fría o demasiado pragmática podría tener un trastorno alexitímico. Tal condición, supone un déficit en la vida del paciente dificultando enormemente sus relaciones interpersonales, puesto que las personas cercanas a ellos difícilmente son retroalimentados, al ser estos incapaces de manifestar alegría o entusiasmo ante una buena noticia.
Dentro de las características de un alexitímico podemos encontrar; problemas para expresar la vida emocional interna, un alto grado de conformismo social, dificultades para las relaciones interpersonales, escasa introspección, limitada capacidad de imaginación y fantasía, falta de empatía, son impulsivos y manifiestan estallidos de ira al reaccionar de forma desproporcionada ante emociones que ellos mismos no logran identificar, parecen serios y aburridos, hablan poco, son excesivamente prácticos y racionales, su personalidad es “inmadura”, les cuesta trabajo mantener vínculos afectivos, son introvertidos y manifiestan agresividad-pasiva o son pasivo-dependientes.
A todo esto se agrega un importante nivel de sufrimiento emocional, ya que además, el paciente no sabe definir sus sentimientos, lo que le dificulta enormemente la tarea de autorregular su emociones poniéndolo en un estado de vulnerabilidad para presentar alteraciones psicosomáticas. Es decir, son muy propensos a manifestar lo que sienten a través de síntomas corporales debido a la disociación entre su mundo interno (el vivenciado) y el externo (el expresado). Estos pacientes también pueden presentar problemas de adicciones, trastornos alimentación y de personalidad psicopáticas.
Una intervención de tipo cognitivo-conductual orientada a reeducar su vida emocional, es deseable para enseñar a la persona a identificar y expresar sus propios sentimientos, así como reconocer y comprender las emociones de los demás, generando una mayor empatía y potenciando otros rasgos de su personalidad que resulten más apropiados disminuyendo las enfermedades psicosomáticas manifestadas en el organismo.
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