La autoeficacia y cómo influye en nuestra salud
La autoeficacia (Bandura, 1977) es un concepto en psicología que nos habla de la creencia de un individuo en sus propias capacidades. Es decir, qué tan capaz se siente para desempeñar diversas tareas y alcanzar sus objetivos en la vida.
De acuerdo a la teoría de Albert Bandura la motivación humana y la conducta están reguladas por los procesos del pensamiento y ahí tenemos 3 tipos de expectativas:
a) Las expectativas de la situación, en la que las consecuencias son producidas por eventos ambientales independientes de las acciones personales.
b) Las expectativas de resultado, que se refiere a la creencia que una conducta producirá determinados resultados.
c) Las expectativas de autoeficacia percibida, que «se refiere a la creencia que tiene una persona de poseer las capacidades para desempeñar las acciones necesarias que le permitan obtener los resultados deseados» (Bandura, 1995).
Como podemos ver, nuestra propia percepción de la autoeficacia tiene una gran influencia en la forma en la que las personas se sienten, piensan y actúan. Un sentido de autoeficacia disminuido, nos puede llevar a sentimientos de depresión, ansiedad y desamparo (Bandura, 2001). Los pensamientos respecto a la eficacia pueden ser autoestimulantes (si puedo) o autodesvalorizantes (no soy capaz) y son determinantes en lograr las metas.
Una persona que tiene un alto sentido de autoeficacia facilita su propio proceso de logro en distintos contextos y esto incluye una toma de decisiones adecuada y los logros académicos y laborales.
Una persona que se siente capaz puede aumentar su motivación y arriesgarse a hacer las cosas a diferencia de alguien que no se cree capaz y por ello, quien piensa que si puede hacerlo buscará desempeñar tareas cada vez más desafiantes y no tendrá miedo de intentar nuevas cosas, además de que se esfuerzan más y no se dejan vencer por los pequeños fracasos, son más persistentes y tienen un mayor compromiso, buscando cada vez metas más altas.
La autoeficacia tiene un sentido muy amplio y no solo se refiere a tareas de la vida diaria, también nos habla de la capacidad de afrontar una serie de situaciones estresantes propias de los problemas y conflictos que a veces nos presenta la vida. (Schwarzer y Jerusalem, 1995 en Luszczynska, Gibbons, Piko & Tekosel, 2004; Choi, 2004; Luszczynska, Scholz y Schwarzer, 2005).
Es por ello que la autoeficacia es un concepto determinante en las conductas de salud, que son aquellas conductas que adoptamos para el mantenimiento o detrimento de nuestra propia salud, como puede ser elegir una vida sana con una dieta balanceada o no. Y también conductas orientadas a el manejo de enfermedades crónicas, uso de drogas, actividad sexual, fumar, realizar ejercicio, bajar de peso, o la habilidad de adherirse a los tratamientos y el cambio en los estilos de vida no sanos, para recuperarse de los problemas de salud o prevenir potenciales riesgos para la salud (Forsyth y Carey, 1998).
Una persona con altos niveles de autoeficacia experimentará consecuencias benéficas en su propio funcionamiento y estado de bienestar en general. Al enfrentarse al diagnóstico de una enfermedad crónica, será más capaz de afrontar las situaciones emocionales y de estrés propias de recibir un diagnóstico adverso y además será más efectivo al llevar a cabo los cambios necesarios en su vida para procurarse el mayor estado de bienestar posible, además de que se mostrará más optimista sobre la eficacia de todos estos cambios realizados y su influencia en el pronóstico de su enfermedad.
Además hay estudios que indican que una persona con una alta percepción de autoeficacia, tiene mayores probabilidades de evaluar su propia salud como buena y en consecuencia, sentirse menos enfermos o depresivos, promoviendo con ello y mejor y más rápida recuperación
Además, la autoeficacia percibida también esta relacionada con los niveles de estrés. El estrés crónico va de la mano con la percepción de afrontamiento de un individuo a ciertas situaciones adversas de vida. Una persona autoeficaz interpretará las amenazas y demandas ambientales de una manera más adecuada, generando un menor nivel de estrés.
La autoeficacia es una habilidad que se puede adquirir a través de la terapia cognitivo conductual, donde el individuo aprenderá a reconocer aquellas creencias que interfieren con su sentido de autoeficacia, para suplirlas por unas más efectivas.
En AcceSalud contamos con un programa de atención psicológica para pacientes con enfermedades raras, y trabajamos el sentido de autoeficacia percibida con nuestros pacientes, para ayudarlos a que se sientan más aptos en el manejo de su propia enfermedad.
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