La presencia más allá del cuerpo
Por Verónica de Alba.
Hoy celebramos el día del padre.
En unos cuantos días mi padre llega a los 70 años de vida. Mi padre es un alma amorosa y brillante, libre y juguetona. Mi padre ha sabido ver al lado correcto, reconocer la belleza y encontrar siempre un motor para no rendirse. Mi padre lo ha tenido todo, ha sabido tenerlo todo, buscarlo y luchar por eso. Luchar por lo que ama. Mi padre ha sabido encontrar el sentido de su existencia.
Mi padre supo ser libre desde niño, ser autentico y correr riesgos. Mi padre ha visto a la muerte de cerca muchas veces. Mi padre ha elegido la vida… LA VIDA PLENA.
Mi padre conoce el amor, conoció a mi madre y desde hace más de 40 años comparten la alegría, el amor y han librado juntos mil batallas. Mi padre ha trabajado, viajado, tiene 3 hijos, 4 nietos y muchos amigos. Tiene una casa en la playa, miles de libros. Tiene la mente y el
corazón en perfecta sintonía.
Mi padre tiene una enfermedad rara, mi padre nació con Hemofilia, pero lo que más importa no es que la tenga sino que ha sabido olvidarse de ella. Romper las estadísticas, ser un caso como pocos.
Es verdad que ha pasado gran parte de su vida sin poder levantarse de una cama, ha sufrido de dolor, ha estado desesperado y por momentos sin esperanza, pero ha sabido encontrarla siempre y yo he tenido la fortuna de ser testigo.
Todo lo que vemos desde niños nos va determinando, y cuando uno es adulto y mira con atención puede descubrir todas esas pequeñas cajitas de recuerdos, miedos y fortalezas que llevamos dentro y nos hacen ser quién somos.
No es fácil ser testigo del dolor que sufren quienes amas. La hemofilia nos ha determinado ciertas cosas. Por supuesto que si hubiera podido le habría quitado a mi papá y a toda mi familia el dolor que han sufrido. PERO NO PUEDO.
Soy afortunada de tener a mi padre. Ese hombre que sabe reír, estar sentado durante horas viendo el horizonte, sentir el aire, disfrutar lo que come, hablar con las personas, estar atento y recibir.
Mi padre sabe hacer sentir importante a quienes lo rodean, es el mejor ejemplo de quién cae y se levanta una y otra vez. Ese hombre a quién he visto llorar muchas veces, quién ha sabido levantar la voz y defender a quienes ama, un hombre repleto de historias que contar, un hombre que ha sabido vivir aventuras, locuras, viajar, amar la naturaleza y que ha sabido amarnos.
Mi padre es más que un cuerpo. Con el paso del tiempo se ha deteriorado, su movilidad es cada vez más limitada, le duele y duerme poco. Pero después de todo a mi padre no le ves el cuerpo…le ves el alma. Un alma que se le desborda, una mirada que tiene chispa, una mente que viaja, crea e inventa. Mi padre se burla de la vida y sus limitaciones.
A todos quienes tienen una enfermedad rara, a los familiares, a las parejas y los amigos puedo decirles que he sido testigo de que nada está determinado, que hay milagros cada día si sabemos verlos y que respirar es uno de ellos.
EL AMOR nos hace grandes, invencibles. Que no importa las circunstancias, siempre podemos darles la vuelta. Mi padre (según las estadísticas) no tendría que estar vivo, cuando cumplí 15 años me dijo con lágrimas en los ojos que no pensó tener la oportunidad de verme nacer y ahora tengo 33 años.
Mi padre tiene a una mujer hermosa a su lado, que lo ama, lo cuida. Es parte de un equipo. Es un ser capaz de todo.
Gracias a mi padre por ser valiente y saber que podía crear una familia, que tenía derecho a eso. Gracias por no sentirse un hombre enfermo, saber que es un hombre con circunstancias distintas, pero con el poder más grande y más importante de todos: el de amar y estar.
Mi padre me enseñó que la mayor limitación es nuestra mente. Me enseñó a fabricarme unas alas para ir detrás de mis sueños, a vivir mi vida. Mi padre siempre ha estado presente y seguirá. Mi padre es más que su cuerpo, más que la genética, la medicina y las estadísticas. El cuerpo le ha quedado chico.
Gracias papá por saber que tenías derecho al amor, que eras capaz de formar una familia, gracias por no sentir lástima de tu circunstancia, gracias por tu valentía.
La vida a tu lado ha sido buena. Soy, somos, estamos y estaremos. Feliz día del padre.
TE AMO.
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