Mamá dice que papi es malo: síndrome de alienación parental
A diferencia de lo que se creía en el pasado, se ha demostrado que las consecuencias de la separación y divorcio de los padres, y la forma en que ésta afectará a los hijos, depende en gran medida del contexto en que se produce la ruptura familiar y no en el mero hecho de la separación.
El Síndrome de Alienación Parental (SAP), fue definido por primera vez por el psiquiatra estadounidense Richard Gardner (1985), como un trastorno emocional que se da principalmente, en el contexto de la guardia y custodia de los hijos, en el proceso de separación y divorcio.
Los niños afectados manifiestan un rechazo injustificado hacia su padre o madre, como una consecuencia directa de la manipulación emocional promovida por el otro progenitor. Este fenómeno es una mezcla del adoctrinamiento (lavado de cerebro) por parte de uno de los padres, generalmente el que los tiene bajo su custodia, y por otra parte la propia contribución del niño a la denigración del padre alienado.
El progenitor alienante utiliza una serie de estrategias para impedir, obstaculizar y destruir el vínculo de sus hijos con el padre rechazado, generando con ello un pacto de lealtad con los pequeños convirtiéndolos en seres dependientes de sus ideas y visión del los hechos (Aguilar, 2004). El alienador deposita en su hijo sus propios sentimientos negativos y las malas experiencias vividas, y el pequeño absorbe esta negatividad generando un odio injustificado hacia el otro progenitor.
La manipulación de los hijos y desacreditación de uno de los cónyuges con la intención de generar el rechazo del niño, es un tipo de violencia psicológica y es considerado maltrato infantil, y puede ser motivo, incluso, de la pérdida de la custodia del menor en caso de ser comprobado, por un especialista, que el pequeño está siendo manipulado.
En México existe una enmienda al artículo 416 en la ley del Código Civil, donde será facultad de los jueces resolver la custodia de los hijos considerando pruebas periciales de trabajadores sociales y psicólogos, todo esto con el objetivo de atacar el fenómeno de la alienación parental.
Las estrategias utilizadas por un padre alienador van desde; mantener un control total en la comunicación del niño con el padre rechazado y su familia extensa; fomentar la construcción de una realidad basada únicamente en el punto de vista del alienador, evitando que el niño realice sus propias reflexiones, razonamientos y análisis de la situación; el uso de argumentos denigrantes e injuriosos, para construir en el menor creencias y emociones generadoras de odio y rechazo hacia el otro progenitor; obstrucción de mensajes, regalos, cartas, llamadas, para fortalecer los argumentos en contra del ex-cónyuge haciendo creer al niño una falta de interés hacia él.
Las consecuencias del SAP en los menores, a corto y largo plazo, van desde; trastornos de ansiedad especialmente asociados con las visitas; trastornos del sueño y la alimentación, ya sea comiendo compulsivamente o no alimentandose, lo que usualmente es utilizado por el alienador para responsabilizar al otro progenitor por los problemas del niño; conductas agresivas que pueden ir desde problemas con el control de impulsos, hasta agresiones verbales e incluso físicas; conductas de evitación para no enfrentarse a la visita del otro progenitor, estas pueden incluir somatizaciónes de tipo ansioso; también se ha visto que utilizan un lenguaje expresivo de adultos, verbalizan términos judiciales y manifiestan un claro conocimiento de los procesos; se ha encontrado dependencia emocional hacia el progenitor con el que conviven, por el miedo de ser abandonados ya que perciben que su cariño está condicionado, es decir, tienen que odiar a uno para ser aceptados por el otro; dificultad en la expresión y comprensión de las emociones, centrándose de forma excesiva en aspectos negativos; y en los casos más severos pueden darse, incluso, denuncias falsas por maltrato o abuso sexual, adoptando con ello un rol de “víctimas” de algo que no han sufrido.
El diagnóstico y tratamiento del SAP, requiere de una perspectiva amplia que involucre tanto a los miembros de la familia, como al personal de los órganos judiciales a cargo de estos procesos, para que sean asesorados por equipos competentes y puedan adoptar las resoluciones adecuadas, que contemplen como prioridad el bienestar del menor. El problema deberá ser atacado lo antes posible para lo que es necesario una detección temprana; los especialistas recomiendan un cambio de custodia de los hijos, otorgándosela al padre alienado, a fin de que el padre alienador se vea imposibilitado para continuar con su interferencia en medidas judiciales y psicoterapéuticas, que deberán ser utilizadas para favorecer la integración del menor a la normalización en la relación de padres e hijos.
Fuentes:
El síndrome de alienación parental: una forma de maltrato infantil
El síndrome de alienación parental: un maltrato infantil oculto
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