Manejar el estrés en tiempos de crisis: los tres conceptos japoneses
¿Estás pasando una época de estrés? Dentro de la filosofía japonesa hay tres perspectivas que nos pueden permitir sobrellevar mejor esta época de cambios e incertidumbre. Son evocadoras y nos invitan a una profunda reflexión…
Manejar el estrés en tiempos de crisis es una necesidad para responder con éxito a buena parte de las demandas actuales. Cambios, incertidumbres, nuevos desafíos, preocupaciones, miedos… Son muchas las dinámicas personales y existenciales que se arremolinan a nuestro alrededor, colocándonos de pronto en situaciones nuevas que jamás habíamos previsto. Sin embargo, la filosofía japonesa esconde valiosas enseñanzas respecto a este tipo de contextos.
Podríamos decir que gran parte de ese legado de sabiduría que se arraiga en Japón parte del budismo Zen. Esa visión que hace del conocimiento de la mente y la observación de la naturaleza su estandarte, reviste la personalidad nipona de un aire de calma y equilibrio que siempre ha llamado la atención al mundo de occidente. Ahora bien, hay algo más que trasciende a ese legado filosófico de las escuelas zen.
Japón es un país que se define básicamente por su condición geográfica, esa que le da un carácter de país aislado marcado por una fuerte organización social. Han pasado por numerosos y desafiantes periodos, incluida la Segunda Guerra Mundial y los posteriores bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki. La población nipona entiende de crisis, de sacrificios y del arte de la reconstrucción psicológica.
Tanto es así que disponen de tres términos clave que configuran las herramientas básicas para afrontar el estrés cotidiano. Lo analizamos a continuación.
Manejar el estrés en tiempos de crisis: temporalidad, observación, afiliación
La mayoría hemos oído o leído alguna vez eso de que la palabra crisis, en japonés (危機=kiki) está compuesta por dos caracteres que podrían traducirse como peligro y oportunidad. Bien, en realidad, esta interpretación sería algo falaz según los propios entendidos. Así, el sinólogo Victor H. Mair, de la Universidad de Pensilvania, corrige esta idea para aclarar que la traducción exacta sería más bien «peligro» y «momento crítico o momento crucial».
Una crisis, para el mundo oriental, sería más bien una invitación a estar alerta. A ser conscientes de que nos rodean amenazas y que es determinante estar preparados para detectarlas y afrontarlas. Ellos mismos son, de hecho, todo un referente sobre cómo lidiar con la adversidad y por ello es interesante profundizar en tres perspectivas filosóficas que suele aplicar en estos mismos contextos. Son los siguientes:
La temporalidad
Existe un interesante libro titulado Emptiness and Temporality: Buddhism and Medieval Japanese Poetics (Vacío y temporalidad: budismo y poética japonesa medieval) que aborda este concepto. En Japón, pocas dimensiones están tan arraigadas como la idea de que todo lo que nos envuelve, es efímero, temporal.
Gracias a este filtro se toma conciencia de que ningún dolor persiste para siempre, que lo que hoy preocupa mañana tendrá solución o bien, ya no tendrá importancia. Nuestro problema, el problema de occidente, es que no somos hábiles para ver la realidad en perspectiva. Nos aferramos a la dificultad inmediata y quedamos atenazada por ella.
Para manejar el estrés en tiempos de crisis es necesario entrenar un enfoque mental que nos permita trascender un poco más allá del instante presente. Bien es cierto que lo que sucede ahora es decisivo. Sin embargo, también es necesario alzar la mirada al horizonte y entender que este instante pasará, que la vida son etapas, capítulos que escribir y páginas que pasar. Todo fluye y en poco tiempo, el sufrimiento de ahora se habrá desvanecido.
Observación
Observar para entrenar los sentidos. Mirar para despertar la atención y dirigirla ahí donde es importante. ¿De verdad nos cuesta tanto? Ciertamente, sí, nos es complicado. Somos una sociedad que mira pero no ve, que oye pero no escucha; nos hemos habituado a estar pendientes de mil estímulos, de cientos de informaciones al mismo tiempo.
En momentos de crisis todo se amontona y el mundo entero parece discurrir excesivamente rápido… En cambio, los nipones nos aventajan en el arte de la observación, de la mirada que atiende lo que le envuelve desde un corazón y una mente en equilibrio. La observación relajada nos permitiría por ejemplo, ver oportunidades en medio de los desafíos. Soluciones creativas a los instantes de dificultad.
Observar es más que ver, es trascender más allá para poder intuir opciones, clarificar nuevos caminos.
La importancia de la afiliación para manejar el estrés en tiempos de crisis
¿A qué se refiere la cultura japonesa cuando habla de afiliación en instantes complicados? Este término tiene que ver con la necesidad de apoyarnos los unos a los otros. Para manejar el estrés en tiempos de crisis es esencial poder contar con la familia, los amigos, con la propia comunidad. Esta perspectiva está íntimamente arraigada en oriente, el sentido de unión es lo que les ha hecho superar épocas de gran dificultad.
A día de hoy es trascendente no solo saber que tenemos la cercanía de los nuestros. Saberlo, percibirlo y tenerlo de primera mano alivia malestares y reduce el sufrimiento. Sin embargo, también es clave que esa afiliación esté presente entre países, sin importar la distancia, sin importar ideologías y antagonismos. Ahora más que nunca es momento de alianzas, de trabajar unidos en mismo propósito.
El estrés, el miedo y la angustia crece cuando nos sentimos solos y atrapados. Seamos capaces de tender puentes y hacernos presentes en sentimientos, voluntades y actos para que ese malestar se desvanezca situando esperanzas en el mañana.
Valeria Sabater
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