Psicoterapia en línea: Apoyo sin barreras
Cada vez es más fácil asistir a consulta, no sólo porque hay menos prejuicios al respecto, sino también por el abanico de tratamientos que existen. Hoy día, nisiquiera la distancia es un pretexto.
Los medios de comunicación han evolucionado y, junto con ellos nuestra manera de conectarnos con los demás. Dirigirnos cara a cara de nuestro interlocutor no es la única opción para expresar lo que sentimos: también tenemos la alternativa del intercambio de información a través de Internet.
El correo electrónico, los chats, las redes sociales y las cámaras web son medios capaces de hacernos sentir la cercanía con los que nos rodean.
Diversos especialistas como chefs, médicos o diseñadores han adaptado sus profesiones a esta nueva forma de comunicación, y ello no ha excluido a los psicoterapeutas. Si nos vemos en la necesidad de salir de viaje, vivimos lejos de nuestro psicólogo o nos hace falta tiempo, los kilómetros que nos separan ya no son un argumento válido para suspender la terapia. La maestra en psicología María Teresa González, fundadora y directora del Espacio Internacional de Psicoterapia y Orientación, quien ha desarrollado este tipo de consulta, nos comparte su experiencia.
Cambios emergentes
Gracias a los avances tecnológicos se ha transformado el trato «uno a uno»: la distancia entre dos personas se ha acortado, incluso cuando se trata de recibir apoyo emocional. Pero esta modalidad terapéutica no surgió con Internet. «Desde antes había servicios de asesoría vía telefónica», explica la maestra González. Estas llamadas de apoyo, muchas veces gratuitas, tenían el objetivo de socorrernos en medio de una crisis nerviosa o en caso de necesitar la opinión de un profesional acerca de un problema.
Según la especialista González, la sociedad actual nos ha conducido a la búsqueda de nuevos recursos a fin de lograr bienestar: «Los medios se han globalizado y la psicología no podía quedarse fuera. Las terapias en línea surgen como consecuencia de dichas transformaciones y de las necesidades nuevas de los pacientes». Para Marina Castañeda, psicoanalista y autora del libro Amores Virtuales, «Internet está modificando radicalmente la manera de relacionarnos. La vida profesional, social, amorosa y sexual transcurre también en el espacio cibernético. La red está suplantando la realidad como la hemos conocido».
Búsqueda de bienestar
Cada vez más personas experimentan las consecuencias del ritmo de vida acelerado y de las jornadas laborales prolongadas: los afectados poseen menos tiempo para asistir físicamente a una sesión. Además, a pesar de que malestares como depresión, estrés y ansiedad van en aumento, todavía muchos se niegan a consultar a un psicólogo vencidos por la timidez o la vergüenza. «Las terapias online resultan útiles no solo para las personas que no disponen de tiempo para acudir a la sesión. Son eficaces también para quienes son introvertidos o bien padecen de algún trastorno que no les permite salir de casa, como la agorafobia (aversión a los espacios abiertos). Además, si el paciente desea conservar el anonimato, este tipo de acercamiento ayuda», explora la experta.
Dicha modalidad funciona si la persona se siente cómoda frente a la computadora, pero no conviene abusar de ella, pues no se trata de una solución mágica para poder superar la vergüenza, el temor ni el pudor. La tecnología «resulta únicamente una herramienta valiosa, pero no remplaza la psicoterapia presencial. Por tanto, Internet es un recurso y un medio más no un fin en sí mismo», señala la maestra.
Una relación cercana
Previo a la consulta, los interesados tienen que contestar un cuestionario, en el cual ellos mismos evalúan si en verdad desean iniciar un tratamiento. Tras aceptar los términos y las condiciones, se da inicio a las sesiones. Las citas pueden llevarse a cabo en tres modalidades: chat hablado o escrito, correo electrónico o videoconferencias. «Dichos canales se han convertido en unos aliados verdaderos para proporcionar y recibir la atención psicológica en línea», observa la maestra González.
La relación que se genera entre terapeuta y paciente es muy parecida a la presencial: «El trabajo y el compromiso entre ambas partes se desarrollan conforme avanza el proceso», aclara la experta. La duración se define de manera similar a un proceso «cara a cara». Y el ritmo del tratamiento lo define la persona misma. Lo que el facilitador debe procurar es «la independencia emocional del paciente en relación con la terapia. También es necesario apoyarlo para que descubra por sí mismo sus recursos internos», abunda la psicóloga. Por medio de esta vía, el interesado en recibir ayuda logra desarrollar estrategias útiles para enfrentar situaciones conflictivas que puedan presentarse en un futuro.
Crecer en la red
A pesar de que es un remedio excelente para ayudar a clarificar nuestros pensamientos y sentimientos, este apoyo no se recomienda en cualquier circunstancia. Teresa González aconseja evitarlo si la persona está llevando a cabo otro proceso terapéutico o psiquiátrico o si padece una enfermedad mental grave o una psicosis. Tampoco es buena opción si el paciente se encuentra en las primeras fases de una rehabilitación emocional o pasa por las etapas más agudas de algún malestar, si experimenta una depresión profunda o si ha intentado suicidarse.
Uno de los principales beneficios de este tipo de comunicación es que los consultantes pueden llegar a «sentirse más cómodos con la barrera física y, por lo tanto, se abren mucho más», agrega la psicóloga. En la experiencia de la especialista, los temas que se manejan con mayor frecuencia en este tipo de práctica son: «logro de metas, resolución de conflictos interpersonales, exceso de estrés, ansiedad, duelos, deseos de cambio y de crecimiento personal». Sin embrago, para llevar a cabo este tratamiento no es necesario presentar un conflicto específico. La psicoterapia online ayuda a la solución de problemas y ofrece a todos una oportunidad de vivir un proceso de enriquecimiento y de desarrollo.
Encuentro cuidadoso
A pesar de los beneficios que esta modalidad ofrece, la especialista María Teresa González considera que «el contacto vivo no puede reemplazarse con nada». Esto, sin duda, es una limitante para la psicoterapia a través de la computadora. Sin embrago, a través de las videoconferencias el terapeuta sí tiene una buena oportunidad de aproximarse y de «obtener datos importantes a partir de ciertos movimientos corporales, gestuales y oculares y el tono de voz de los consultantes que se encuentran al otro lado de la línea», abunda la especialista González en su página.
Como en cualquier otra profesión que ofrece servicios online, en la psicoterapia también existen ciertos parámetros a seguir. Es responsabilidad del facilitador proporcionar en su página información seria y verídica a los visitantes: nombre completo y currículum de los especialistas; honorarios y formas de pago seguras; notas de responsabilidad; aviso legal: políticas de privacidad y de confidencialidad. También conviene estar al tanto de las normas éticas de los psicólogos, y no olvidarnos de proteger nuestros datos para evitar que nuestra privacidad sea violada. Si tomamos en cuenta todo esto, en cada clic encontraremos la ayuda que requerimos.
En la FEMEXER contamos con un programa de información, orientación y apoyo psicológico en línea llamado AcceSalud. Este programa es GRATUITO y está destinado para las personas con enfermedades raras y sus familias. ¡Regístrate dando clic aquí!
Para leer:
- La vida en la pantalla: la construcción de la identidad en la era del Internet, de Sherry Turkle, Ed. Paidós, 1997. La autora abunda en lo que se han transformado las computadoras y lo que representa para nosotros.
Fuente: Mariana Suárez, Psychologies, pag, 108 a 111, num, 24.
Comentarios recientes