Sanfilippo pesa sobre mis relaciones
Esta semana, quiero arrojar algo de luz sobre un grupo especial de personas que me llevan a través de esta vida difícil y emocional como un hermano Sanfilippo: mis amigos.
No sabía cómo el diagnóstico de mi hermana Abby del síndrome de Sanfilippo afectaría mis amistades. Llevaba mucho resentimiento e ira hacia el mundo y tenía miedo de convertirme en un quejica.
Mis amigos me sorprendieron con sus brazos abiertos y su amor incondicional. Estaba en la universidad cuando se confirmó el diagnóstico de Abby, y recuerdo haber sentido nostalgia. Me apoyé mucho en mis amigos de la universidad. Me mantuvieron cuerdo y se aseguraron de que estuviera bien.
Mis amigos en casa hicieron lo mismo desde la distancia. Nunca podré expresar suficientemente mi gratitud por los textos de check-in y el amor que me enviaron a pesar de sus ocupadas vidas.
Sanfilippo se ha convertido en la norma en mi vida y es un tema frecuente de conversación. Mis amigos conocen y aman a Abby, lo cual es muy importante para mí. Con el diagnóstico de Abby vino mucho peso. Algunas de esas emociones pesadas se sientan conmigo hasta el día de hoy, pero el diagnóstico también agregó una carga increíble a cada relación en mi vida.
Mis relaciones se reducen a una sola palabra: confianza. Debo confiar en que mis amigos serán amables con Abby. Deben reconocerla, hablar con ella aunque ella no responda y tratarla como me tratan a mí.
Además, ¡debo confiar en ellos conmigo! La vida como un hermana Sanfilippo es difícil. Es emocional, irritante y abrumador. Debo confiar en que mis amigos estarán allí para mí, tanto ahora como en el futuro. Esto se aplica a todas las conexiones que tengo, incluidas las relaciones románticas.
Siempre tomé las relaciones demasiado en serio. Soy la chica que te contará la historia de su vida el día que te conozca. ¡También quiero saber la historia de tu vida el día que te conozco! Incluso dentro de mis amistades, probablemente me tomo las cosas demasiado en serio (o personalmente), simplemente por miedo a perder a uno de mis amigos. El peso de Sanfilippo exacerba eso, lo que puede dar miedo. Hoy en día, soy más reservado cuando conozco a alguien por primera vez, por miedo.
Sanfilippo ha hecho que mis amistades sean más significativas. Sin embargo, también me ha hecho temer ser incapaz de expresar mi gratitud, de separarme, o lo peor de todo, de perder gente. Solo puedo esperar mantener a mis amigos en mi vida para siempre.
Es imposible agradecer a cada amigo que se le ocurrió al escribir esta columna. Sabes quién eres y espero que sepas cuánto te amo y te aprecio.
EMILY WALLIS
Fuente: http://bit.ly/2rnizFQ
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